Ante el mirar de la luna llena...

La noche se me hacía fantástica para salir a caminar y sentir la brisa fresca, casi fría me parecía una bendición, con una sonrisa bailándome en los labios inicié mi caminata sin ser conciente de a donde mis pasos me llevarían, dejándome encantar por aquella luna llena que adornada el manto nocturno.

Detuve mis pasos al ver un sombra frente a mi, me acerqué interesado por saber que era, tan sólo era un gatito, lo tomé en brazos y acaricié su suave cabeza sin embargo parecía algo arisco pues saltó de mis brazos sobre unos botes de basura cercano, tumbando algunos y causando un estruendo que rompió la alma que antes me rodeaba.

Solté una corta carcajada, esa noche estaba de excelente humor, inhalé profundamente, el aroma a sal me inundó y a penas noté que estaba en el malecón, rápidamente me dirigí hasta las barandillas notando la presencia de alguien más, ladeé el rostro y le sonreí.

-Bella noche, no?-comenté mirándole el perfil.

No había otro motivo para seguir observando el paisaje a sus espaldas, mas que solo llenarse con la oscuridad que emanaba en las esquinas.
Con la igual manera de voltearse, fijo enseguida sus orbes en la hermosa luna llena, suspirando con profundidad ante la gran calma del lugar.
Al menos eso parecía ser, ya que todo pensamiento relacionado con la tranquilidad se esfumo…al escuchar una voz extraña provenir a su lado.

Giró un poco el rostro con suma lentitud, para dar cara hacia aquella persona, completamente listo para contestarle muy a su “forma” de ser; Pero algo dentro de él le detuvo la idea…ahora con tan solo una simple respuesta.

- lo es, y desde aquí mucho mejor – sonrió a penas visible, regresando su vista al cielo.

Después de contestarme le vi volcar su atención nuevamente al espectáculo que se sucedía lentamente frente a nosotros, yo hice lo propio apreciando como la luna se reflejaba inmensa sobre el calmo mar con ligeras ondulaciones que ocasionaba la brisa misma.

Perdí mis ojos en el paisaje, suspirando ligeramente, recargando mis antebrazos sobre las barandillas de metal.

-Dan ganas de quedarse hasta el amanecer-sonreí para mi mismo en cuanto la idea abandonó mi cabeza.

Le escuchó hablar de nuevo con palabras que a su ver serian algo incoherentes pero...tal vez...aceptables.
No estaba con ganas de pelear ni menos de insultar contra cada alma que se situase frente a el; así que solo...con un aflorado suspiro le miro de nuevo contestando en susurro, pero aun audible.

- tsk, creo que esa es una exageración, a menos que tu seas capaz de hacerlo. - tal vez no era buena forma de entablar platica, pero no buscaba algunas otras expresiones para hacerlo.

Enarqueé una ceja mirando ahora en su dirección, una suave y sardónica sonrisa curvó levemente mis labios, muy diferente a la anterior, sin embargo no permití que ese comentario arruinara mi buen humor, y nuevamente mi semblante se relajó a tal punto de ignorar lo que esa persona había dicho antes.

-Sí, lo haría-afirmé mirándolo nuevamente con un semblante apacible y agradable, -con buena compañía todo se puede-continué sin intenciones de dejar un doble sentido a mi frase, tan solo lo había dicho por decirlo y por explicarme, -¿usted no lo haría si estuviera con alguien, digamos, especial?-me atreví a preguntar, aunque dado su comentario anterior ni siquiera esperaba una respuesta.

Lo que menos esperaba era una contestación tan pasiva, mínimo la respuesta, pero no así.
No tuvo una reacción muy visible por la respuesta tan positiva de acceder con facilidad aquella petición que solo era literal. Y sin tener una aclaración de su parte ó un habla, continuo escuchando hasta dar con el punto directo ... a donde parecía que quería llegar.

- bueno, portando esos términos, quien sabe..."tal vez" e igual podría acceder - resaltó una de sus palabras, queriendo dar que eso seria en un futuro muy lejano...o quizás no tanto.
Sin dejar de mirarle prosiguió.

- por lo que veo la platica "va mas allá", y si es así, que no debería al menos haber presentación? - cuestionó con un aire inocente que no pegaba absolutamente nada con el

Sonreí por su respuesta girando levemente mi cuerpo para mirarlo “de frente”, dentro de lo que cabía, extendí mi mano en su dirección, la verdad su respuesta había sido más positiva de la que esperaba.

-Tiene razón, mi nombre es Johann-dije aún brindándole mi mano en muestra amistosa esperando pacientemente a que la tomara e hiciera lo propio, mientras con una de mis manos apartaba el cabello que caía por mi rostro y que la fría brisa marina se empeñaba en trasladar nuevamente allí.

Aquellas palabras soltadas con antigüedad tenían cierto termino literal; puesto no pensaba que si se presentaría, observando ahora como se mostraba de frente a el extendiendo su mano como debería ser.

Dudó por unos segundos en brindarle su mano, no es que no tuviese modales, pero el relacionarse con las personas no era muy de su agrado. Pero que más.

Estiró el brazo un poco, estrechando finalmente la mano sin delatar alguna faceta de enojo ó resignación.

- Takumi, me llamo takumi - contestó dándose por mostrar una ligera sonrisa.

Amplié ligeramente mi sonrisa, complacido por la aunque pequeña, amistosa y bonita sonrisa que me había obsequiado, apreté ligeramente su mano como saludo y lo solté dirigiendo nuevamente mi mirada hasta la enorme luna y su reflejo en el mar.

-¿Vives en la ciudad o solo vienes de vacaciones?-continué la plática sin dirigirle la mirada pues no lo consideré necesario, no al menos de momento.

No se aplazo tanto el entrelazar, muy a duras penas aquel apretar ligero para finalmente desvanecerse con la misma brisa “marina”, al igual que su tan insólita sonrisa en el momento que la faceta ajena diera de lleno con la bella vista en el cielo.

Se volteo segundos posteriores, acatando aquella cuestión queriendo congeniar, mientras una sonrisa de lado se liberaba nuevamente de el.

- en la ciudad – contestó de manera corta, observándole de reojo al instante - aunque no suelo "pasearme" muy seguido entre la sociedad...

"Entre la sociendad"... esa frase me había causado cierta gracia, lo decía como si fuera antisocial o si apreciaba demasiado su soledad, me atrevería a apostar que es la segunda.

-Esta ciudad es hermosa, deberías aprovecharla-comento mirandole de reojo, sonriendo con suavidad, afiancé mis manos en torno a las barabdas que impedían cualquier accidente y eché ligeramente mi cuerpo hasta adelante, -nunca está demás el divertirse un rato, no?-

Chasqueo la lengua por su comentario, aunque con posterioridad una leve "risita" había aflorado.

- ¿tu crees? - cuestionó de cierto modo sarcástico, aun con aquel mirar de reojo que no parecía decaer.
Resopló, observando enseguida el movimiento ajeno que presentaba el muchacho a un lado suyo.

- supongo que, por esta ocasión podrías tener la razón - afirmó colocando un codo en la parte del barandal mientras su mentón residía en la palma de su mano.

-¿Por esta vez?-ladeo finalmente mi rostro para mirarle, curioso.

Le sonrío más no desvio la vista fijandome por primera vez en sus facciones, serenas pero aparentemente severas, parecía un chico muy serio y de hecho eso estaba dejando notar desde el inicio de la conversación.

-¿No me diras que es la primera vez que sales a pasear, verdad?-entre abro los labios, casi incrédulo por la sola idea.

Su mirada se perdió con totalidad hacia la luna llena en el instante que sus orbes dieron de "lleno" con ese astro, casi comparando esa atraer con un fuerte imán, que...se destruyo rápidamente a la cuestión brotada del otro muchacho.

Alzó la ceja, guiando su observar al mismo ser a un lado suyo; ¿Qué daba a entender con ello?. Por algo extraño sintió un disgusto por ese comentario, que fue de notoriedad al fruncir el ceño.

- Claro que no, tampoco me enclaustro en una habitación - afirmó chasqueando posteriormente la lengua, desvaneciendo ese leve cabreo segundos después. No era para tanto.

- Pero bueno, admito que es la primera vez que paso por el malecón...casi no deambulo por este tipo de lugares...y me llamó la atención por esta ocasión...- confesó dando una sutil explicación que al menos fuese entendible.

Terminé por soltar una leve, muy leve risita por su primer comentario, tampoco era para que se lo tomara a mal y sin embargo creo que tendré que moderar mis palabras con él, más agradezco que al final no se hubiera enfadado realmente.

-Conozco algunos lugares cerca, en la playa-señalo con discreción, -si quieres puedo mostrarte-le sonreí de forma amistosa.

Desvió el mirar por unos instantes a su queda risa cual por un momento se le había hecho molesta, aun a su nivel. Más se tranquilizo, era natural que de las probabilidades el reírse era pasable...todo por esa contestación suya.

Suspiró acatando enseguida el comentario, que por mucho, no le parecía tan desapacible si no todo lo contrario.

- ¿serás mi guía? - bufó, chasqueando la lengua segundos después - no esta nada mal la idea - se alejó un poco del barandal, dando a entender con aquel movimiento su respuesta.

Asentí levemente a su pregunta, la verdad es que ya no sabía como tomarme sus expresiones y gestos, me apresuré a llegar hasta él y colocarme a su lado, caminando a su lado mientras tan sólo la luna llena nos iluminaba el camino.

-Está algo lejos pero la caminata servirá de paseo, además vale la pena-aseguré tras mirarle de reojo y comprobar en su faz su estado anímico, no siendo una tarea muy fácil cuando todo el tiempo tenía la misma expresión.

Resuelto miro el camino que se estiende frente a nosotros, le insto a desviarse hsta un pequeño camino de arena que da hasta la playa, de allí continuamos cerca de la orilla sintiendo ahora mucho más fuerte la brisa marina y el olor a sal invadiendo mis fosas nasales mientras la luna parecía hacerse más grande.

-Casi llegamos-comenté.

Continuó con el trayecto hasta presentir la esencia del ajeno a un lado suyo, alentando un poco el paso, puesto el guía no era mas que el castaño.

- esta bien - responde quedamente ante la afirmación contraria, concentrándose en el camino mientras divisaba el paisaje con mucha tranquilidad y avizor.

Poco a poco el aroma y viento insólito del mar llegaba plácido a su rostro. Era tan agradable que un entrecerrar inicio con los ojos en lo que el camino ahora se convertía en desvíe, encaminándose por una travesía de arena hasta llegar a la orilla de la playa.

La luna ahora tenia una mejor vista, aun ascendente contemplando el mar tan calmado como si de una gran piscina se tratase.
Se mantuvo entretenido con tal panorama, atendiendo de repente la voz del joven a su lado.

- Ok - Extrañamente sonrió, siguiendo la presencia ajena listo para llegar a su destino.